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El banquete (El simposio), Platón
[…] ¿Y qué será de aquel que haga suyas las cosas buenas? –Esto ya puedo contestarlo más fácilmente: que será feliz. [...]
[…] Amor es, en consecuencia, el nombre para el deseo y la persecución de esa integridad. [...]
[…] Complacer en todo por obtener la virtud es, en efecto, absolutamente hermoso. [...]
[…] Dios 'inspira valor' en algunos héroes, lo proporciona Eros a los enamorados como algo nacido de sí mismo. [...]
[…] el camino que conduce a la ciudad es muy apropiado para hablar y escuchar mientras andamos. [...]
[…] Entonces, el amor es, en resumen, el deseo de poseer siempre el bien. [...]
[…] Estaría bien, Agatón, que la sabiduría fuera una cosa de tal naturaleza que, al ponernos en contacto unos con otros, fluyera de lo más lleno a lo más vacío de nosotros, como fluye el agua en las copas, a través de un hilo de lana, de la más llena a la más vacía. [...]
[…] La vista del entendimiento, ten por cierto, empieza a ver adecuadamente cuando la de los ojos comienza a perder su fuerza, [...]
[…] Lo que, en efecto, debe guiar durante toda su vida a los hombres que tengan la intención de vivir noblemente, esto, ni el parentesco, ni los honores, ni la riqueza, ni ninguna otra cosa son capaces de infundirlo tan bien como el amor. [...]
[…] los dioses honran por encima de todo el esfuerzo y el valor del amor! [...]
[…] los dioses valoran muchísimo ésta virtud en el amor, sin embargo, la admiran, elogian y recompensan más cuando el amado ama al amante, que cuando el amante al amado, ya que está poseído por un Dios. [...]
[…] no todo amor ni todo Eros es hermoso ni digno de ser alabado, sino el que nos conduce a amar bellamente. [...]
[…] nuestra raza sólo podría llegar a ser plenamente feliz si lleváramos el amor a su culminación y cada uno encontrara el amado que le pertenece retornando a su antigua naturaleza. [...]
[…] pérfido aquel amante vulgar que se enamora más del cuerpo que del alma, pues ni siquiera es estable, al no estar enamorado tampoco de una cosa estable, ya que tan pronto se marchita la flor del cuerpo del que estaba enamorado, ‘desaparece volando’, tras violar muchas palabras y promesas. En cambio el que está enamorado de un carácter que es bueno permanece firme a lo largo de toda su vida, al estar íntimamente unido a algo estable. [...]
[…] Pero sólo puede serlo de esta manera: por medio de la procreación, porque siempre deja otro ser nuevo en lugar del viejo. [...]
[…] piensas que es necesario hacer todo menos filosofar. [...]
[…] Pues el amor, Sócrates, no es amor de lo bello, como tú crees. –¿Pues qué es entonces? –Amor de la generación y procreación en lo bello. [...]
[…] Pues lo que se llama practicar existe porque el conocimiento sale de nosotros, ya que el olvido es la salida de un conocimiento, mientras que la práctica, por el contrario, al implantar un nuevo recuerdo en lugar del que se marcha, mantiene el conocimiento, hasta el punto de que parece que es el mismo. [...]
[…] Pues lo que uno no tiene o no conoce, ni puede dárselo ni enseñárselo a otro. [...]
[…] Pues sé muy bien que si te encontraras con unos pocos que consideraras sabios, te preocuparías más de ellos que de la masa. [...]
[…] se dice que es más hermoso amar a la vista que en secreto, y especialmente a los más nobles y mejores, aunque sean más feos que otros, y que, por otro lado, el estímulo al amante por parte de todos es extraordinario y no como si hiciera algo vergonzoso, al tiempo que considera hermoso si consigue su propósito y vergonzoso si no lo consigue. [...]
[…] tratándose de la verdad, te permito y te invito a decirla. [...]
[…] uno es el amor que reside en lo que está sano y otro el que reside en lo que está enfermo. [...]
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